José Antonio López Fombona (Gijón, 69 años) es uno de los pilotos más aclamados por la afición española -y europea- desde hace muchas temporadas. Tras unos exitosos inicios en los rallyes, el asturiano ostenta en su palmarés siete títulos nacionales de Montaña. Hablamos con él para conocer más sobre su carrera deportiva, personal y la adqusición de su nuevo coche en 2019, un Audi RS5 DTM. ¡Disfrútenla!
P: Tus inicios en el automovilismo estuvieron ligados a los rallyes. Disfrutaste de coches como el Fiat 131 Abarth o Porsche 911 SC. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos años?
Fueron muy buenos años. Con 20 años, todo se reflejaba en pasión y corazón. El recuerdo más importante de esa época fue mi victoria con el Fiat 131 Abarth en el Rallye Príncipe de Asturias de 1980. Tras aquella época, me ví obligado a realizar un parón de competición durante varios años para dedicarme a un negocio familiar, el cual sigue en pie actualmente.
En el momento que el trabajo me dio un respiro, tuve la fortuna de volver a retomar la competición, pero con otra visión. Me gustaban mucho los rallyes, pero no tenía tiempo suficiente para dedicarme a ello. Nos pasamos a la Montaña y veinte años después, seguimos aquí.
P: Tu último rallye fue en 2011 (Solo-Escort). ¿Te gustaría volver a disputar uno de forma esporádica?
La verdad que no, ya no está el cuerpo para eso (risas). Costaría volver a tener la sensación de ir con copiloto, coger notas… Seguir la marcha a la que se va hoy en día es muy difícil. Me encuentro muy bien en la Montaña e intentaremos seguir en ella durante el tiempo que podamos.
P: Tu disciplina favorita es la Montaña. ¿Cuál es tu título más especial de los siete que ostentas?
Todos son especiales, pero existen dos que recordaré toda mi vida. Cuando llegué a la Montaña, no aspiraba a ganar ningún campeonato. El primer año que decidimos disputar en Nacional al completo, con título incluido, fue muy especial. Pilotos como Roberto Méndez o Xavi Riera eran en aquella época los reyes del certamen.
Otro grato recuerdo es el más reciente. Se trata del último título, el de 2019. Las Subidas de Estepona y Fito no salieron del todo bien. La prueba de Canarias, con coeficiente doble, no la disputamos. Después de estas citas, aunque con pocas opciones, decidimos acudir al resto del CEM. La fortuna se alió con nosotros, ganando todas las carreras y sumando nuestro séptimo título nacional.
P: Hemos hablado de tu título más especial. ¿Y la carrera?
Las que mejores emociones me han transmitido son dos especialmente. La primera es Falperra, en Portugal. Las velocidades que se alcanzan son muy altas, por encima de los 200 km/h, y la tensión es máxima.
La otra, por muchas circunstancias, es la Subida a Puig Major, en Mallorca. El paraje natural es maravilloso, la afición es increíble… Reúne una serie de características que la hacen increíble. Por supuesto, hay muchas otras, como Fito, Jaizkibel, Alisas… Difícil elegir.
P: ¿Qué opinión ostentas del Campeonato de España de Montaña (CEM) en la actualidad?
Creo que el campeonato está bien asentado. Quizás falte alguna otra prueba -diez sería un buen número-, al estilo del CERA, para descontar algún resultado. Sobre todo, lo que llevo reivindicando varios años, es el tema económico, esto es, los premios en metálico. No por nosotros, sino por los pilotos y jóvenes que vienen detrás. Es un deporte carísimo, y los premios son realmente bajos.
P: En los últimos años has conducido vehículos como el Audi DTM, R8, Lamborghini Huracán… Sin embargo, como has comentado en varias ocasiones, las sensaciones a bordo de un DTM son únicas, ¿no?
Sí, es algo inexplicable, hay que sentirlo. Cuando tuvimos el DTM, surgió la oportunidad de cambiar a uno más nuevo. Sin embargo, la mala fortuna se cebó con nosotros. Vendimos nuestro coche y acudimos a por el nuevo. Ya lo habían vendido. Son aparatos que están en manos de las factorías (BMW, Audi y Mercedes) y es realmente díficil conseguir uno.
P: Uno de los pocos coches que no has probado ha sido un WRC. ¿Existe algún motivo especial?
Lo hemos pensado en muchas ocasiones, pero tenemos una razón por la que nunca hemos corrido con un WRC. Una de las cosas que más me gustan es el “rugir” de un motor atmosférico a altas revoluciones. Estos coches no me transmiten dichas sensaciones. No niego que sean espectaculares, rápidos y estupendos, pero no ofrecen al piloto esa “alegría”.
P: El año pasado adquiriste un nuevo Audi de DTM. ¿Qué características tiene?
Es un V8 atmosférico de 4 litros. Desarrolla en torno a 550 cv, menos que nuestro Lamborghini actual. Sin embargo, el gran secreto está en el peso, ya que está en 350kg menos. Eso le hace muchísimo más competitivo. Entero de fibra de carbono, con multitud de reglajes y un cambio aerodinámico increíble. Es el Audi utilizado por Edoardo Mortara en 2016, modelo RS5.
P: ¿Veremos el estreno del nuevo coche pronto?
Estamos pendientes de recibir las pocas piezas que nos quedan. Se han producido cambios internos dentro de Audi y se está demorando. En el momento que tengamos todo listo, el nuevo DTM saldrá a las carreteras españolas. Tenemos infinidad de ganas.
P: Por último, ¿cuáles son tus planes para este año?
Doy las gracias al cielo por permitirme seguir disfrutando de lo que me apasiona. Como en anteriores temporadas, realizaremos el Campeonato de España de Montaña al completo y pruebas sueltas en diferentes comunidades, como viene siendo habitual.
Este año estrenamos unas modificaciones aerodinámicas en el Huracán que seguro que os van a gustar mucho. La decoración también está pendiente de renovación.