Esapekka Lappi y M-Sport protagonizaron en el pasado Rallye de México una de las imágenes más espectaculares, a la par de tristes, de los últimos años en el WRC. Tras acabar la especial «El Chocolate», el Ford Fiesta WRC comenzaba a arder. Pocos minutos después, el coche era pasto de las llamas.
El chasis totalmente calcinado ha regresado a M-Sport a finales de semana, y el equipo está intentando averiguar la razón que derivó en un incendio de tales características. El propio piloto finlandés declaró a los medios tras el percance la difícil posibilidad de que fuera derivado por una fuga del líquido de frenos.
Richard Millener, director de M-Sport, ha declarado al medio especializado DirtFish las complicaciones para saber el por qué: «Hemos mirado la parte trasera y parece que el incendio podría haberse originado en la parte delantera del automóvil. Las llamas son visibles debajo del capó».
Aún así, ha declarado «la dificultad» de comprobar el vehículo, como no puede ser de otro modo. Las pérdidas económicas que puede ocasionar un percance de estas características son muy altas, más aún para M-Sport, que no cuenta con el apoyo oficial total de una marca como Ford. Por suerte, Teemu Suninen salvó los muebles en la tercera cita del año con un podio.