Es un hecho. disputar una temporada completa -o incluso una carrera determinada- con un World Rally Car, sea del año que sea, supone un desembolso económico que está al alcance de muy pocos equipos privados en el mundo. Por este motivo, la FIA está trabajando para conseguir que la próxima generación de Rally1 esté mucho más disponible para pilotos y estructuras de todo el mundo.
El director de la FIA, Yves Matton, ha realizado unas declaraciones al medio especializado DirtFish acerca de este asunto: «Cada Federación Nacional decide si los WRC están permitidos o no. La FIA no prohíbe vender los actuales WRC a los equipos privados, por lo que estamos buscando fórmulas para hacerlo mucho más solvente de cara al futuro».
El objetivo que plantea la FIA es el de «disfrutar» con este tipo de automóviles, más seguros y rápidos que nunca tras el cambio de reglamento en 2017. Un ejemplo claro de ello es el lituano Deividas Jocius, piloto que realizó el Rallye de Montecarlo con un Ford Fiesta WRC, y con el que aprovechó cada kilómetro. Eso sí, con poca experiencia en este tipo de vehículos (test antes de la prueba).
Por supuesto, los miembros de la FIA son totalmente conscientes de la necesidad de adquirir experiencia para conducir un aparato que está al más alto nivel en el mundo. Respecto a esto, Matton es contundente: «Creo que es totalmente lógico que necesiten algún tipo de conocimiento y experiencia para subirse a estos coches». El francés propone el ejemplo de los «Gentlemen Drivers»: «Ese tipo de pilotos corren por disfrutar, no al 100% de riesgo».