M-Sport llegaba al Rallye de Monte-Carlo con dos coches oficiales para luchar por el mejor resultado posible. Gus Greensmith y Teemu Suninen fueron los elegidos con los WRC, mientras que Adrien Fourmaux hacía lo propio con el Fiesta Rally2 dentro del WRC2.
El primer varapalo para la firma inglesa llegó muy pronto. Teemu Suninen y Mikko Markkula decián adiós al rallye al término de la primera especial tras un aparatoso accidente. Los finlandeses venían volando, en tiempos de scratch, lo que significa que el coche estaba a la altura de las circunstancias.
Tras lo sucedido y, con más importancia que nunca, Gus Greensmith tenía como principal objetivo llegar con el coche entero el domingo. Eso sí, el jueves, tras dos tramos, ya perdía un minuto y medio con la cabeza. Y lo que es peor, se encontraba detrás de Fourmaux con el Rally2.
Los cronos del piloto inglés no mejorarían con el paso de los kilómetros. Un quinto y varios séptimos puestos de tramo fueron lo más destacable de Greensmith durante la carrera. Finalizó octavo, a más de ocho minutos de los líderes y a una distancia importante sobre un contendiente «directo» como Takamoto Katsuta. Ambos suman alrededor de diez pruebas con un coche de la máxima categoría.
Estas fueron las declaraciones del mencionado piloto al término de la prueba monegasca:
«No hace falta decir que este no ha sido el fin de semana que teníamos en mente. Llegaba con mucha confianza y ambición tras los test de la pasada semana con el equipo. Sin embargo, una vez comenzada la primera etapa, esa confianza se redujo a cero«.
«Deberíamos haber estado mejor tras el gran trabajo y preparación del equipo durante las semanas previas. Teemu demostró en la primera etapa que no había problemas con el coche, era cosa del piloto. Tengo que aprender de este fin de semana y trabajar duro para volver a donde sé que deberíamos estar».