La segunda prueba del Mundial del WRC fue atípica por dos motivos. El primero, su corto itinerario. Ha sido la prueba más corta de la historia del mundial, con un balance total de nueve especiales -de las dieciséis programadas- y 150 kilómetros cronometrados. Esto ha sido causado por el segundo fenómeno extraño, más aún tratándose de estas fechas, la falta de nieve. Unos tramos totalmente cubiertos por una capa de barro incómoda y “peligrosa” según calificaron varios pilotos. Ni rastro de la nieve tan característica de los tramos suecos.
Una carrera “al sprint” donde Elfyn Evans ha sido el más listo de la clase. El galés comenzó mandando desde el viernes con autoridad, mostrando un ritmo imparable. Unos registros muy veloces que solamente pudieron seguir de cerca -en algunos tramos- Ott Tänak, totalmente recuperado de su accidente en el “Monte”, segundo clasificado final, y Kalle Rovanperä, la gran revelación en Suecia con un espectacular tercer puesto con scratch incluido en la Power Stage. Nada más que añadir.
Sébastien Ogier cumplió, pero no logró subir al podio. Aún así, importantes los puntos del cuarto puesto en una prueba en la que era más fácil perder que ganar para el francés. Por su parte, M-Sport ha logrado incluir uno de sus pilotos entre los cinco primeros por segundo rally consecutivo. Esappeka Lappi ha cumplido su papel de forma notable -teniendo en cuenta que es su segunda carrera con Ford- asegurando el quinto lugar en una dura pugna con Neuville, sexto finalmente. El flamante ganador de Monte-Carlo no encontró el ritmo de cabeza en ningún momento. Así quedan las cosas en la clasificación general del WRC:
1º- Elfyn Evans, 42 puntos
2º- Thierry Neuville, 42 puntos
3º- Sébastien Ogier, 37 puntos
4º- Kalle Rovanperä, 30 puntos
5º- Esapekka Lappi, 24 puntos