La era dorada del regional vasco. Una de las mejores épocas de los rallyes en nuestro país, apodada como el «Mundialito Vasco». Numerosos pilotos y equipos se batieron el cobre por las carreteras de dicha comunidad con los mejores aparatos posibles, los World Rally Car. Ni más ni menos, un total de 14 monturas de esta categoría -varios pilotos cambiaron de WRC- conviertieron este regional en la envidia de nuestro país y gran parte del mundo.
Los coches comenzaron a llegar a partir del año 2000. Santi Artetxe fue uno de los pilotos pioneros, junto a Iñaki Alberdi, en disfrutar de estos vehículos. Se estrenó en 2001 con un Seat Córdoba WRC Evo2 -llamativo por su particular color azul. La unidad española de Artetxe era la número dos, en manos de Harri Rovanperä o Rui Madeira años atrás, entre muchos otros.
Nos quedamos en Artetxe, ya que fue el piloto que más monturas diferentes disfrutó. Su segundo WRC fue el Córdoba Evo 3. Chasis 17, ex Toni Gardemeister, una de las últimas unidades de Seat Sport en el mundial. En 2002 salió con copilotos de lujo, como J.A. Zorrilla o Andrés Vilariño. El propio Santi Artetxe recuerda la diferencia entre las evoluciones de esta montura: «El cambio de agilidad y manejabilidad de un Córdoba a otro se notó de forma notable». Tras su paso por un Peugeot 306 Maxi Kit-Car (ex Monzón) en 2003, los títulos comenzaron a llegar pronto.
Su paso a los Peugeot de 2005 a 2009 le proporcionó un total de seis títulos de Campeón Vasco de Rallyes y Rallysprint, además de un subcampeonato. Todos ellos junto a la copiloto vasca Sandra Fernández. Su primer campeonato lo consiguieron a bordo del 206 WRC en 2005 (6 victorias). Chasis número 55, ex Panizzi. A partir de 2006, fue a parar a manos de Juan José Abia. hoy se encuentra en la colección de Teo Martín.
La temporada siguiente llegó «el pez gordo», el Peugeot 307 WRC. Chasis número 14, conducido nada más y nada menos que por el finlandés Marcus Grönholm. Una verdadera máquina que maravilló a los aficionados. Este coche le proporcionó cuatro títulos en País Vasco. En 2006 logró la friolera de diez victorias a bordo de dicho aparato. Tras su venta, al igual que el 206, se encuentra en la colección de Teo Martín. Artetxe recuerda ambos Peugeot como «los mejores que ha conducido», por su evolución y paso por curva.
El gran «duelo» en el Valle de Mena
El 27 de julio de 2006 tuvo lugar la celebración del Rallysprint de Villasana de Mena. Además de los habituales WRC, se sumó el catalán Jordi Zurita, junto a Dani Cué, con un Seat Córdoba WRC Evo3, en propiedad del difunto José Pujol (en el pasado Trasmiera). En esta edición, Artetxe logró vencer por poco más de dos segundos con el 307 tras un duelo precioso en las tres pasadas.
En 2007 tuvo lugar la revancha con dos cambios considerables. Uno, el formato de la prueba, ya que se convirtió en el Rallye Enkartaciones Mena, con cuatro tramos. El otro, el coche de Zurita, ya que apostó por un Peugeot 307 WRC similar al de Artetxe. El duelo estaba servido, pero el catalán no dio tregua en toda la jornada y venció con gran ventaja sobre sus perseguidores: Xabier Lujua y nuestro protagonista.
Posible vuelta a la competición
Tramalón ha tenido la oportunidad de charlar con el piloto vasco tras más de diez años retirado de la competición. La posibilidad de una vuelta a los tramos es importante: «Estamos pensando en adquirir un coche y participar en el Campeonato de España de Vehículos Históricos«, en la modalidad de velocidad. La idea del regreso sería para 2021, pero es bastante posible: «Nos gustaría correrlo, es un campeonato bastante atractivo».
Después de su retirada en 2009, a punto de cumplir 65 años, Santi Artetxe recuerda perfectamente su primera carrera: «Con 19 años, en la Subida a Artziniega, quinto scratch». Su regreso, bien en pruebas sueltas dentro del Regional Vasco o en el campeonato mencionado anteriormente está más cerca que nunca.