Este fin de semana tuvo lugar una nueva edición de la Subida a Jaizkibel. En esta ocasión, diferente a lo que estamos acostrumbrados, con las restricciones del COVID, pero con el mismo espectáculo de siempre. La victoria fue a parar a manos del balmasedano Joseba Iraola con la espectacular Nova NP-01.
En esta ocasión, fue imposible batir su propio récord de 2018, cuando paró el cronómetro en 2:21:456. No obastante, como él mismo nos ha comentado, las sensaciones con la nueva máquina son increíbles. Logró un registro de 02:25.189, aventajando en nueve segundos a Aitor Zabaleta, incombustible y muy veloz con su Lola BMW.
El tercer cajón del podio -y primero en turismos- fue para otro piloto habitual en esta subida, José Antonio López Fombona. El asturiano, con 69 años, sigue siendo imparable con el Lamborhini Huracán Supertrofeo. Una espectacular librada en la última manga le privó de mejorar su tiempo, que fue de 02:38.671.
Los siguientes cuatro participantes estuvieron peleando durante las dos mangas oficiales por el cuarto puesto de la general y tercero entre monoplazas. Finalmente, el más rápido fue Abel Lombardo con su Dallara, seguido de Arkaitz Ordoki, Toni Arrufat y Garikoitz Flores. Este último no completó la úiltima manga con su Talex.
El segundo y tercer cajón del podio entre los turismos fue a parar para Gerard de la Casa y Bruno Scherer respectivamente. El andorrano cuajó una gran actuación en su vuelta a las rampas de Jaizkibel con el Subaru S14 WRC. Tras él, a escaso medio segundo, finalizó el francés Bruno Scherer, habitual y muy querido en el Cameponato Vasco, con el Porsche.
A pesar de pequeñas interrupciones derivadas por salidas de carretera y averías mecánicas, la subida se desarrolló sin problemas durante las tres mangas programadas. El comportamiento del público, en su mayoría, fue correcto. Si todo va bien, tendremos Jaizkibel para rato.