Corría el año 2015. La familia Garrido, apasionada al mundo del automovilismo desde hace muchos años, ya contaba en su exclusiva colección con el Peugeot 205 T16 de Grupo B y el 206 WRC, entre otros (sobre los que también hablaremos en Tramalón). El WRC necesitaba mucho mantenimiento y decidieron contactar con un ex mecánico-ingeniero de Peugeot en los años 90, Marino. Una persona que trabajó con los Kit-Car, Grupo A o incluso el 206 WRC de Luis Monzón. Los Garrido contrataron los servicios de dicho mecánico para el mantenimiento y preparación de su vehículo.
El propio Marino es una persona que conoce el 306 Maxi a la perfección, y entre palabras “decidimos calentarnos y buscar uno en el mercado”, tal y como nos comenta Darío Garrido, nuestro principal protagonista del reportaje. Como era de esperar, por aquel entonces no se encontraba ninguno en venta. No obstante, eran conscientes de la existencia de una «unidad muy especial» que seguía parada por tierras gallegas: “Bamarti tenía uno y nos pusimos manos a la obra para ver y negociar por el coche”, afirma Garrido.
Pasado el verano de 2016 también entró un 306 restaurado en el mercado francés. No obstante, los Garrido se deciden por el del piloto gallego: “Al estar matriculado en España teníamos preferencia por el de Bamarti”. La fecha marcada a fuego en su memoria es el 8 de septiembre de 2016, en la cual adquirieron el exclusivo vehículo francés. Un mes después, casi a tiempo récord, participaron en la caravana de históricos del Rallye RACC Cataluña, con la premisa “rodar y probar sensaciones”. Pese a unos problemas de temperatura y caja durante la jornada final, “el coche respondió realmente bien”, como nos comenta Darío.
El fuerte susto
Tras su estreno en la prueba mundialista, el equipo tenía marcada en el calendario una última carrera para despedir el 2016, la segunda con el Maxi Kit-Car. Darío Garrido (que ya disputó con él sus kilómetros en el RACC) participó en el Rally Ciudad de Valencia con el 306. Desde el primer momento, la jornada no fue especialmente agradable: “Salió un día fatal de lluvia y encima no teníamos ruedas de agua”, confiesa Garrido.
En el primer tramo llegó el gran susto: “En un cambio de rasante se escapó el coche de atrás. Dimos dos vueltas de campana tras chocar con una piedra, dejando la parte trasera destrozada”, recuerda Darío. Pensaban que, por falta de recambios, tardarían muchos años en volver a restaurarlo. Comenzaba el arduo trabajo en busca de una carrocería nueva, además de algún otro repuesto, para el 306 Maxi.
Un proceso muy lento
Justamente el año 2017 coindició con el proceso de preparación de un 306 Maxi por parte del nueve veces Campeón del Mundo del WRC, Sébastian Loeb. Tras la negociación con dos empresas especializadas en dichos recambios llegaron a un trato: Sebastián Loeb se quedaba la carrocería de PAM Sport y los Garrido la de Matter, ambas francesas. Una de las condiciones por parte de Matter fue que los valencianos cediesen como parte de pago la antigua carrocería golpeada.
Una vez pasado el proceso de compra tocó montar todo paso a paso. El motor (absolutamente intacto tras el golpe), la caja de cambios (también en buen estado), el puente trasero… Además de una fuerte labor de limpieza para eliminar todo el barro del habitáiculo. Una «reconstrucción total«. Con la base de un 306 de calle aprovecharon las piezas originales (cristales, gomas, puertas, capó…) “semejantes a las del 306 Maxi”, como sostiene Darío.
Duros meses muy “sufridos”, ya que dependían de una persona que tenía todo el material pero “no estaba por la labor total de venderlo”. La persona clave en todo este procedimiento fue Marino, el mecánico de los Garrido, ya que contactó con dichas empresas en esa labor de busca y captura de partes de recambio.
El coche se terminó el año pasado tras dos años de restauración. La familia Garrido tiene una fecha totalmente marcada en el calendario para el reestreno del aparato: “Esperamos estar en el Rallye Festival Hoznayo de septiembre”. Un fin de semana que puede ser muy especial, ya que han trasladado la intención de acudir a Cantabria con sus tres ilustres unidades de Peugeot disponibles: El Grupo B, el WRC y el Kit-Car.
Historia y sensaciones
Se trata de la unidad número 23. Llegó a los tramos en el año 1998, a manos del piloto suizo Cyril Henny, el cual consiguió varias victorias y el campeonato suizo de aquel año. Desde el año 2000 no ha salido de nuestro país. Ha estado en manos de Manolo Senra, de Javier Arias, de Toño Villar y de “Bamarti” (entre otros). Este último decidió venderlo tras varios años parado.
Darío Garrido, a pesar de rodar muy poco con él, ha descrito sus sensaciones: “Es prácticamente como un kart. Motor atmosférico, siempre con vueltas altas. El paso por curva es tremendamente rápido”. Para acabar esta primera parte de las joyas de los Garrido, os dejamos con una frase que el propio Bamarti dijo a Garrido el día de su venta: “En las curvas donde un WRC quita una marcha, al 306 Kit-Car le tienes que meter otra”. Un aparato de verdad que transmite las mejores sensaciones tanto a pilotos como a aficionados.