Rodolfo del Barrio es, sin lugar a dudas, uno de los copilotos más experimentados del panorama nacional. El cántabro dio sus primeros pasos en el Regional de su comunidad allá por la temporada 2005. Desde entonces, a base de talento y esfuerzo, ha completado todos los años con diversos programas. Tramalón ha tenido el placer de entrevistar a del Barrio para conocer más a fondo su gran labor.
Inicio – Regional Cántabro (2005)
Así fueron sus dos primeras temporadas: Comencé en el año 2005, en un Rallysprint de Comillas con un amigo. Llevaba yendo a rallyes toda la vida, y en el momento de cumplir 18 años tenía claro que iba a correr. Manuel Macho fue uno de los que me enseñó. Después de hacer la primera carrera, otro amigo se enteró para hacer más pruebas, durante dos temporadas.
La primera toma de contacto en el Regional Cántabro fue muy importante. En 2006, me llamaron para acudir a Asturias. Concretamente, para disputar el Desafío Autonalón junto a Juan Carlos del Oso en un Peugeot 206. Ese fue el primer paso importante. Me di cuenta que esto era mucho más que leer notas. En Asturias había muchos copilotos profesionales, incluso en la copa. Veía que trabajaban de otra manera, y se aprende muchísimo. Me quedé con una serie de valores que sigo transmitiendo hoy en día.
Experiencia Volkswagen Golf Kit-Car (2007-2008)
Fue el siguiente paso, en la temporada 2007. Tanto Pedro como yo estamos de acuerdo en que el Golf ha sido el coche más espectacular de nuestra carrera deportiva. Salía de casa e iba nervioso. Ha sido la única etapa en la que estaba nervioso antes de salir a los tramos, ya que soy muy tranquilo. Ese aparato me gustaba tanto que me provocaba esa sensación todos los fines de semana.
El Golf Kit-Car era increíble. Otros coches me han gustado mucho, pero está en el Top. En 2008 también corrí con Gorka Apalantza. El Subaru Impreza WRC es mejor, pero nunca he sudado en un coche como en el Golf. Eso es muy complicado, ya que tengo muchísima tranquilidad. Era como ir en una moto.
Zubi y yo siempre bromeamos que, en caso de tocarnos la primitiva, lo volvemos a traer de nuevo, segurísimo. Gracias a aquella época, antes de los Mitsubishi, empecé a conocer equipos profesionales, ya que los equipos acudían con ingenieros, preparadores… Trabajamos con gente como Ojeda, algo increíble por aquel entonces con poca experiencia. Todos los días aprendía cosas nuevas.
Campaña nacional con Víctor Pérez (2010-2011)
Fue otra etapa muy interesante. Acompañé a Víctor en el su debut en el CERA, concretamente en el Rallye Caja Cantabria 2007 con un Citroën C2 GT. Tres años después, me llamó para poner rumbo a la Copa Suzuki. Es otro paso gigante, ya que la se trata de una copa monomarca con una competitividad tremenda. La manera de trabajar, con de Miguel, fue muy provechosa, para trabajar bien dentro del coche.
Más experiencia junto a Marco Lorenzo (2012-2015)
Me considero, desde siempre, un copiloto con relaciones largas. Las carreras esporádicas me parecen complicadas, ya que un nuevo copiloto no puede dar el cien por cien de sí mismo en su primer rallye con un piloto. Con Marco Lorenzo corrí cuatro años, hicimos una gran amistad. Me llamaron para correr con él cuando desembarcó en la Península.
Aquí me di cuenta que el punto más fuerte de la experiencia es el conocimiento del terreno en cada rallye. Aquí no hay experimentos, cualquier chaval puede correr más, pero el conocimiento de los tramos es vital. Por ejemplo, tener claro sitios delicados de años anteriores, zonas con más agarre, más peligrosas… Eso te lo da la experiencia, nada más.
Con Lorenzo competimos tres años en el Nacional, mientras que el último lo hicimos en el Autonómico de Canarias. Sabíamos que sería el último año juntos, ya que mi objetivo era seguir corriendo el Campeonato de España. Eso sí, la experiencia del Regional Canario fue realmente bonita y agradable, lo pasamos en grande.
2016, menos carreras por motivos laborales, pero primera toma de contacto con R5
2016, pese a ser una campaña con menos carreras, también significó otro paso clave. Empecé a conocer los vehículos R5 recién llegados a nuestro país en aquel entonces, gracias a la llamada de Santiago Carincer, con su recién adquirido Ford Fiesta R5.
Corríamos con ProRallye, uno de los equipos referentes en este mundillo para mí. Al año siguiente fuimos con Diogo Gago a la 208 Francesa, pero la falta de presupuesto impidió obtener los resultados y el plan deseado en un primer momento. Me volvió a llamar para correr el Campeonato de Europa, pero decidí tomar otro camino.
José Luis Peláez (2017-Actualidad)
Me comprometí con Peláez para correr en exclusiva con él. Prefería centrarme en un programa con futuro, y este piloto me lo ofreció. Han pasado varios años, y seguimos juntos a día de hoy. Una de mis virtudes es que soy capaz de diferenciar estar fuera a dentro del coche. Con José Luis Peláez tengo una amistad enorme. Eso sí, en el momento de subirnos al coche, todo cambia, regresa la seriedad y profesionalidad. Es clave diferenciar este aspecto.
Llega 2021 y estamos a las puertas del quinto año consecutivo juntos. Estoy muy cómodo y hemos formado un gran equipo. Hemos tenido años mejores y peores. Peláez es una persona con su trabajo diario y estrés laboral, pero ama las carreras y trabaja para ellas. Le pone unas ganas tremendas a este deporte. Eso lo valoro mucho.
2020 no fue un gran año, hubo mucho trabajo y no pudimos hacer ningún test. Esperemos que 2021 sea mucho mejor, con mayor tiempo de preparación. Estamos a la espera de cerrar los programas, pero parece que la cosa pinta bien, con bastantes pruebas pensadas y un coche de la categoría Rally2. El Supercampeonato, bajo mi opinión, es una gran idea, veremos cómo evoluciona. Es un año de cambios y siempre es difícil, pero parece lo acertado.