La 27ª edición del Rallye del Bierzo no defraudó a ningún aficionado ni aficionada que se desplazó al ver la prueba. La lista de inscritos no fue realmente cuantiosa, pero la calidad de las monturas en los puestos de cabeza fue notable. Coches de categoría WRC, como el Impreza de José Ángel Allende, de categoría R5, como el Hyundai de Surhayen Pernía o el R5 de Iago Caamaño, y numerosos N5, como los de Iñaki Barredo o Roland Holke, entre muchos otros.
A priori, antes de empezar a rugir los motores, el claro favorito era surhayen Pernía. el tercer clasificado del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto el año pasado venía a Ponferrada con el objetivo de coger ritmo y confianza para Sierra Morena. Y vaya si lo hizo. Junto a Laura Salvo, se hicieron con nueve de los diez scratch posibles. sus rivales más fuertes, por las especificaciones del coche, eran Iago Caamaño y Alberto Rodríguez, en pleno proceso de adaptación con el precioso Ford Fiesta R5 MKII. Los gallegos estuvieron en el ritmo de cabeza, apenas a 15 segundos de Pernía y Salvo, hasta que un pinchazo en el TC8 les hizo perder más de un minuto y el segundo cajón de podio.
Aprovecharon el percance los gallegos Félix Macías y Alejandro Portela, que rodaron a un ritmo realmente regular y rápido en todos los tramos con el Subaru Impreza STi. A pesar de las durísimas condiciones de los tramos, con lluvia incluida en varios momentos, Ángel Rodríguez y Alberto González se colocaron cuartos y primeros en propulsión con el atómico BMW M3 E36. El quinto lugar, y primer N5, fue a parar a manos de los asturianos Ricardo Villa y David Fernández, a bordo del Ford Fiesta de RMC.
Mención especial para uno de los equipos gallegos que se desplazaron hasta Ponferrada, y con un coche que fue el más apreciado entre los verdaderos fans. Emilio Vázquez y Héctor Rodríguez colocaron durante toda la jornada el precioso Citroën Zx Kit-Car en la cuarta posición, hasta que una avería mecánica les obligó a abandonar cuando restaban dos especiales para el final.
