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Hamilton y el Circuit de Barcelona-Catalunya. Una historia de amor que estuvo cerca de romper Max Verstappen, pero que la escudería Mercedes evitó gracias a una gran estrategia. Montmeló no nos suele dejar carreras para el recuerdo por las dificultades del trazado para adelantar, pero esta vez la batalla estratégica entre las dos mejores escuderías ha puesto el picante necesario para vivir un emocionante GP de España. No siempre los adelantamientos tienen por qué ser la base del espectáculo.

La salida era, sin duda, el punto clave y caliente de la carrera. Max Verstappen salió mejor desde la zona sucia, se tiró por el interior de la curva 1 y adelantó a un Hamilton que tuvo que ceder su liderato a las primeras de cambio. La agresividad del piloto neerlandés marcó la diferencia y ganó el primer envite.

Cruzar como líder las primeras vueltas del GP suelen ser sinónimo de victoria en Barcelona. No esta vez. Hamilton no dejó respirar al Red Bull de Verstappen desde los primeros giros, manteniéndose en una distancia cercana al segundo de distancia. El undercut estaba latente y podía sentirse, pero fue Verstappen quien paró primero. Hamilton, incomprensiblemente, continuó y alargó su parada. Red Bull había salvado el primer stint con éxito.

Fuente: Bryn Lennon (Getty Images)

La incertidumbre de si iba a ser una carrera a una o dos paradas existía. Mercedes, habiendo parado más tarde, podría intentar a ir a una sola, pero invirtieron por completo la estrategia. Hamilton veía muy complicado adelantar a Verstappen en igualdad de condiciones, por lo que paró en boxes para montar un juego nuevo de medios con el objetivo de alcanzar a su rival en la parte final de la carrera.

Dicho y hecho. Mercedes atacó y Red Bull no se supo defender. Hamilton empezó a sumar vueltas rápidas y la distancia se iba encogiendo paulatinamente, pero con un destino que tras cada giro parecía más evidente: Hamilton iba a volver a ganar en Montmeló. Y así fue. Los neumáticos medios de Verstappen dijeron basta y no pudo hacer absolutamente nada para parar al heptacampeón del mundo, que caminaba hacía su quinta victoria consecutiva en el circuito de la ciudad condal.

Fuente: Clive Mason (Formula 1)

La lucha por la victoria fue lo más destacado de una carrera en la que Valtteri Bottas volvió a sumar un nuevo pódium para Mercedes y donde Charles Leclerc exprimió al máximo su Ferrari para conseguir otra meritoria cuarta posición. A Sergio Pérez le costó remontar saliendo desde la octava posición y solo pudo ser quinto con el Red Bull, mientras que Ricciardo se redime de su mal fin de semana en Portimao consiguiendo la sexta posición por delante de un Lando Norris que fue octavo.

El fin de semana para los pilotos españoles ha sido regular. Carlos Sainz fue de menos a más con el paso de las vueltas y demostró tener más ritmo que Ricciardo, pero fue difícil superarle llevando una estrategia idéntica y acabó séptimo. En cambio, Alpine se equivocó por completo alargando en exceso su segundo stint, lo que propició que Fernando Alonso llegase al final de la carrera con los neumáticos en las lonas. Un muy decepcionante 17º puesto para el piloto asturiano, que tuvo que parar al final y solo acabó por delante de los dos Haas y Tsunoda, único abandono de la carrera.

Fuente: F1

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